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lunes, 15 de febrero de 2021

Sketch de Hermanos Iñurrategi Un Latido en la Montaña, por César Llaguno


El Sábado, por motivos laborales (conviene decirlo con esto del confinamiento perimetral), me desplacé a San Sebastián. Después de comer tuve algo de tiempo libre y pude acercarme tranquilamente a la Fnac de la ciudad. Me suele gustar echar un vistazo en la sección de cómics. A veces, las menos, uno se encuentra alguna agradable sorpresa. Me dirigí directamente a la tercera planta. Allí estuve caminando hacia el fondo hasta dar con la zona reservada a los tebeos y novelas gráficas. La primera novedad a la que me llevó mi vista fue precisamente esta. Hermanos Iñurrategi, Un Latido en la Montaña. Un cómic que se publica cuando se ha cumplido el 20 Aniversario del fallecimiento de Félix Iñurrategi en la cordillera Karakórum. Está firmado por autores vascos con lo que pensé que tenía posibilidades de incluir alguna dedicatoria. Abrí sus primeras páginas y, premio, me encontré con las firmas y unas palabras de agradecimiento de su guionista, Ramón Olasagasti, y de Alberto Iñurrategi, uno de los protagonistas del libro. Además incluía un fantástico sketch de César Llaguno, dibujante de la historia. Me quedé de piedra con mi puntería. Lo cierto es que debajo había más ejemplares. Repasé todos ellos y encontré que estaban firmados cuatro o cinco más. Además en los otros el sketch era de los dos hermanos. Sin embargo, tenían una pequeña pega para mi. Eran de la versión en euskera del libro y ese idioma, lamentablemente, no lo domino. Así que, muy satisfecho, me quedé con el primer cómic que cogí. Por cierto, me consta que en los colores está involucrado mi querido Felipe H. Navarro. Después hice un amplio repaso al resto de las baldas pero no encontré ninguno título más con dedicatoria. Allí quedaron un montón de cómics en euskera dedicados, aviso a navegantes. Sin ningún tipo de pegatina en la cubierta que lo advierta. Luego tocó seguir trabajando; pero con una sensación especial en el cuerpo. Esa que uno siente cuando ha encontrado un pequeño tesoro.

lunes, 13 de febrero de 2017

Sketch de Superman, por José Luis García López


A las seis y media de la tarde estaba prevista la sesión de firmas de José Luis García López y Álvaro Martínez Bueno en el stand de la Fnac. Quedaba una hora y cuando pasé al lado de la mesa donde se iba a celebrar vi que ya había una persona esperando. Si quería conseguir de verdad algo de García López ese era mi momento. Rápidamente me coloqué el segundo de la cola. En pocos minutos se formó una fila importante. Al final tuve que esperar algo más de una hora pero al menos estuve bien acompañado esos minutos por otros colegas coleccionistas que consiguieron hacer la espera menos dura. Por fin, llegó a la mesa el artista. Estaba algo cansado y comunicó a quien le acercó hasta allí que no quería hacer dibujos, solo iba a firmar. Una lástima pensamos todos. En cualquier caso, la dedicatoria de un genio como él también valdría la pena. Sin embargo, cuando el primero le pasó su cómic contemplé que García López comenzaba a dibujar un sketch del perfil de Superman. Vaya alegría que me llevé. Llegado mi turno, le pasé mi ejemplar y le pedí si era posible que me dibujara también un sketch del perfil de Superman. Yo creo que me recordaba del momento en que me saqué una foto con él en el exterior del Kursaal. Cogió mi cómic y vi que comenzaba a dibujarme un sketch del rostro de frente del Hombre de Acero. Qué ilusión. Jamás pensé que iba a lograr un dibujo de mi ídolo. No me lo podía creer. Tras conseguir el sketch me fui del recinto del comiKD con una felicidad que no cabía en el cuerpo. Volví a mis obligaciones laborales en el exterior de los cubos de Moneo. Tras cerca de una hora trabajando por allí me percaté que José Luis García López había salido fuera para fumar un cigarrillo y miraba con interés a un grupo de personas vestidas de caldereros que se refugiaba de la lluvia. Me acerqué al artista y le expliqué que era la fiesta con la que se anuncia en San Sebastián la llegada de los Carnavales. Así casi sin darnos cuenta estuvimos charlando amigablemente, totalmente solos, durante cerca de diez minutos. Me explicó que en la actualidad vive en Queens, Nueva York, el barrio con más comunidades de la ciudad. En él se hablan hasta 150 idiomas diferentes. Y me trasladó toda su preocupación con la presidencia de Donald Trump. Sin duda, una experiencia increíble que la llevaré para siempre en mi corazón. Tras la pequeña charla le dejé tranquilo para que se terminara su cigarrillo. Increíble. Quién me iba a decir a mí de niño que unos años más tarde iba a estar conversando con el dibujante de aquellos cómics de Superman y Batman que devoraba con admiración por aquel entonces. Gracias ComikD por regalarme semejante momento.

jueves, 9 de febrero de 2017

Sketch de Verdún, por Iñaki Holgado

Tras conseguir la ilustración de Iñaki Holgado volví a lo que me había traído realmente a San Sebastián. El trabajo.  Tras cumplir con mis obligaciones laborales, A eso de las tres y media de la tarde, me dirigí a comer. Para ello pasé frente a la entrada del Kursaal. Cual fue mi sorpresa cuando me encontré allí hablando con dos personas al mismísimo José Luis García López. No me lo pensé dos veces y me acerqué hacia él. Le pedí permiso para sacarme una foto con él y le trasladé en menos de un minuto toda mi admiración. Tras ello, volví a buscar un restaurante donde llenar el estómago. Después de comer, tuve la suerte de que el temporal bajó su fuerza con lo que no necesitaba seguir con él. Las imágenes más importantes ya las había conseguido por la mañana. Eso me dejaba, durante la tarde, otras dos horas y media libres en las que podría visitar de nuevo el ComikD. No me creía mi suerte. Nada más entrar me encontré a un montón de gente reunida tras unas mesas en una esquina del recinto. Se trataba de la reunión de futuros autores con los editores. Tenía su gracia verlos allí. Se mascaba la tensión. En un stand diferente al de la mañana me encontré de nuevo a Iñaki Holgado. Prácticamente acababa de llegar con lo que no había ningún tipo de cola. Esta vez sí me dije que iba a conseguir mi ejemplar de Verdún dedicado. Lo compré y se lo pasé. Cuando le pedí permiso para grabarle, Iñaki me propuso ponerme tras él para que el dibujo no saliera al revés en el vídeo. Todo un detalle. Tras colocarme en mi sitio, comenzó el espectáculo. Da gusto contemplar a artistas como Iñaki completar toda una obra de arte en cuestión de unos minutos. Una maravilla.


miércoles, 8 de febrero de 2017

Ilustración de Soldado de Verdún por Iñaki Holgado


Prácticamente se me había acabado el tiempo para disfrutar esa mañana del ComikD de San Sebastián y a mi lado tenía a Iñaki Holgado de quien quería conseguir su último trabajo, Verdún, dedicado. No tenía tiempo ya para ello. Sin embargo me percaté de que tenía una carpeta con algunas ilustraciones a la venta. Me acerqué a ella y las observé. En especial me llamaron la atención dos de ellas. Ambas de soldados de la primera Guerra Mundial. Uno de frente y otro de perfil. La verdad es que no me decidía por ninguna de ellas y le consulté al propio autor cuál de las dos se llevaría él. Iñaki me contestó que la de perfil estaba más trabajada que la otra. Seguí su consejo y me la llevé a casa. Mi hora en el ComikD había dado bastante de sí.

martes, 7 de febrero de 2017

Sketch de Conan, por Sergio Dávila

Tras conseguir mi primer sketch continué caminando por los pasillos del ComikD.  Muy cerca de Iván Gil encontré otra sesión de firmas. En este caso del artista Jaime Calderón. Un autor del que tengo todas sus novelas gráficas pero que no las había traído conmigo. Además tenía una cola de unas seis o siete personas con lo que no tenía posibilidades. Os recuerdo que solo podía estar una hora en el Salón. Tuve que renunciar a él a pesar de llevar varios años intentando conseguir que me dedique uno solo de sus cómics. Qué le vamos a hacer...Continué caminando y encontré un par de exposiciones. Una dedicada a Star Wars y otra centrada en ilustradores vascos. No me detuve en ellas demasiado. En otro stand, descubrí a otros dos dibujantes firmando sus trabajos. Eran Sergio Dávila e Iñaki Holgado. A primera vista estaban bastante rodeados de gente por lo que estuve a punto de pasar de largo. Pero al acercarme un poco más a echar un vistazo, de pronto, casi milagrosamente, descubrí que Sergio se había quedado libre mientras Iñaki continuaba con varias personas. Esta era la mía. Compré su trabajo Legenderry y le pedí que me lo firmara. Él me preguntó si quería un dibujo. Yo le contesté que por supuesto. La verdad es que la pregunta me sorprendió un poco. Me consultó si tenía un papel. Mira por donde eso sí que había traído. Le pasé un Din A-4. Por lo visto el papel satinado del cómic que adquirí no era adecuado para dibujar. ¿Qué quieres? La verdad es que estaba un poco descolocado y no tenía ni idea así que le dije que me dibujara lo que quisiera. Rápidamente comenzó a abocetar un personaje. Cuando completó el boceto me preguntó si sabía quién era. Justo acababa de dibujarle el escudo por lo que yo contesté que el Capitán América. No era mi día con Sergio. Él me aclaró que no. Que era Conan. En mi defensa diré que estaba viendo todo el proceso de dibujo a través de la pantalla de mi móvil con lo que no podía ver los detalles del sketch. Sergio continuó dibujando. Durante todo el proceso se le acercó muchísima gente absolutamente anonadada con su talento. Cuando me entregó su Conan me fui más contento que unas castañuelas. Con Sergio ya había coincidido hace unos años en Avilés pero en ningún momento tuve la oportunidad de acercarme a él. Los elementos se habían aliado conmigo.